Lo que mal empieza nunca acaba. Cuando hace un mes el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, convocó a primera hora de la mañana una rueda de prensa el 2 de Mayo, fiesta en Madrid, para "urbi et orbi" anunciar que el teléfono del presidente del Gobierno y el de la ministra de Defensa habían sido espiados, en un primer momento cundió el desconcierto.
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