Cuando comenzó su relación sentimental con Don Jaime de Marichalar, la Infanta Elena empezó a mostrarse ante las cámaras de manera diferente a como lo hacía. Su estilo cambió por completo y desde entonces, siempre ha defendido su marca propia como nadie. Fiel a la comodidad, la hija de los eméritos opta por estilismos muy sencillos, pero con cierta elegancia cada vez que tiene que hacer su aparición en algún evento.
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