Historia de Llíria

Antigüedad y fundación de Edeta

Llíria, conocida antiguamente como Edeta, es una ciudad de origen íbero situada en la comarca del Camp de Túria, en la provincia de Valencia. Los primeros asentamientos en la zona datan de la Edad del Bronce, alrededor del 2000 a.C. Durante el primer milenio a.C., la región fue habitada por los íberos edetanos, quienes establecieron en lo alto del Cerro de San Miguel la ciudad de Edeta, que se convertiría en una de las más importantes de la cultura íbera en el levante español.

La ciudad íbera de Edeta estaba estratégicamente situada, lo que propició su desarrollo como un importante centro comercial y cultural. Su economía se basaba en la agricultura, la ganadería y el comercio. Los edetanos también desarrollaron una notable habilidad en la cerámica y la metalurgia. Entre los restos arqueológicos más significativos de esta época se encuentran las estelas funerarias, las cerámicas decoradas y las piezas de bronce.

Influencia romana y transformación a Llíria

Con la llegada de los romanos en el siglo II a.C., Edeta mantuvo su importancia. La ciudad fue integrada en la provincia romana de Hispania Citerior y, posteriormente, en la Tarraconense. Durante este período, adoptó el nombre de "Laurona", aunque también se la conocía simplemente como Edeta. Bajo el dominio romano, la ciudad experimentó un considerable crecimiento urbano y económico.

Los romanos construyeron numerosas infraestructuras en Llíria, tales como acueductos, calzadas y templos. Uno de los principales avances fue la construcción del teatro romano, cuya estructura aún puede apreciarse hoy en día. La agricultura se benefició enormemente del sistema de regadío romano, potenciando aún más la producción agrícola local.

Edad Media

El periodo visigodo y la influencia visigoda

Tras la caída del Imperio Romano, Llíria pasó a formar parte del Reino Visigodo de Toledo en el siglo VI d.C. Durante este tiempo, la ciudad experimentó una cierta decadencia económica y demográfica. Sin embargo, mantuvo su importancia estratégica y religiosa. La basílica paleocristiana de Llíria, descubierta en excavaciones recientes, es un testimonio destacado de este período.

Conquista musulmana y la etapa andalusí

En el año 711, los musulmanes invadieron la Península Ibérica y Llíria fue conquistada. Bajo el dominio andalusí, la ciudad cambio de nombre a "Lyria" y fue testigo de una gran transformación social, económica y cultural. La influencia musulmana se puede observar en la arquitectura, el urbanismo y, especialmente, en el sistema de riego, que fue mejorado y expandido.

Los musulmanes introdujeron el cultivo de nuevas plantas, tales como el arroz, la caña de azúcar, el algodón y las moreras para la cría de gusanos de seda. El comercio floreció y Llíria se convirtió en un importante centro de intercambio gracias a su proximidad a la ciudad de Valencia.

Reconquista cristiana y Edad Moderna

Incorporación al Reino de Valencia

Llíria fue reconquistada por el Rey Jaime I de Aragón en 1238. Tras la Reconquista, se incorporó al Reino de Valencia y fue repoblada por colonos cristianos procedentes de Aragón y Cataluña. La ciudad experimentó un renacimiento tanto económico como cultural. Se construyeron importantes edificios religiosos y civiles, y se desarrolló un nuevo centro urbano en la conocida Plaza Mayor.

Siglos XV-XVII: Crisis y resistencia

Durante los siglos XV y XVI, Llíria también tuvo que enfrentarse a varias crisis, incluyendo pestes, hambrunas y conflictos bélicos. La población y la economía sufrieron, pero la ciudad logró resistir y finalmente recuperarse. En el siglo XVII, Llíria fue escenario de la expulsión de los moriscos en 1609, quienes formaban una parte significativa de la población. Esta expulsión tuvo un severo impacto en la economía agrícola de la región.

En estos siglos también destacan varios levantamientos y conflictos bélicos, como la guerra de las Germanías y la Guerra de Sucesión Española, que afectaron tanto a Llíria como a sus habitantes. Sin embargo, la ciudad supo adaptarse y sobreponerse a estas adversidades.

Edad Contemporánea

Siglo XIX: Transformaciones sociales y políticas

Con la llegada del siglo XIX, Llíria no fue ajena a las convulsiones políticas y sociales que sacudieron España. Durante la Guerra de la Independencia, la ciudad fue ocupada por las tropas francesas y experimentó varios episodios de resistencia y lucha. Los bandoleros también tuvieron una notable presencia en la región durante este período.

La desamortización de Mendizábal en 1836 también tuvo un impacto significativo en Llíria. Muchos bienes eclesiásticos fueron expropiados y vendidos, lo que provocó cambios importantes en la estructura de la propiedad de la tierra y en la sociedad local. La construcción del ferrocarril en la segunda mitad del siglo XIX conectó mejor a Llíria con Valencia y otras áreas urbanas, facilitando el comercio y el transporte.

Siglo XX: Desarrollo y modernización

El siglo XX trajo consigo una serie de cambios y modernizaciones a Llíria. A principios de siglo, la ciudad experimentó un crecimiento poblacional y una diversificación de su economía. Durante la Guerra Civil Española, Llíria se posicionó del lado republicano y sufrió bombardeos y destrucción, lo cual dejó una profunda huella en la memoria colectiva de sus habitantes.

Después de la guerra, durante la dictadura de Franco, Llíria vivió un periodo de reconstrucción y crecimiento económico, impulsado en parte por la agricultura y la industria ligera. También se desarrollaron infraestructuras y servicios que mejoraron la calidad de vida de los ciudadanos.

En la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI, Llíria ha vivido una notable expansión urbana y ha desarrollado una infraestructura turística que destaca su patrimonio histórico y cultural. El crecimiento de la población, el desarrollo de nuevas urbanizaciones y la integración en la área metropolitana de Valencia han transformado a Llíria en una ciudad moderna y dinámica.

Patrimonio cultural y arquitectónico

Monumentos y sitios arqueológicos

Llíria cuenta con un rico patrimonio cultural y arquitectónico. Entre los sitios de interés destacan:

  • La Iglesia de la Asunción: Construida en el siglo XV en estilo gótico, con posteriores reformas barrocas. Es uno de los principales monumentos religiosos de la ciudad.
  • El Real Monasterio de San Miguel: Un antiguo monasterio situado en lo alto del Cerro de San Miguel, que ofrece impresionantes vistas sobre la ciudad y alberga restos arqueológicos de la antigua Edeta.
  • El Teatro Romano: Uno de los mejores ejemplos de teatro romano en España, construido en el siglo I d.C., y que aún hoy se utiliza para representaciones culturales y eventos.
  • Los Baños Árabes: Restos de baños termales de época andalusí, que muestran la sofisticación del sistema de baños musulmán.

Festividades y tradiciones

Llíria es una ciudad con una rica tradición festiva y cultural. Entre las principales festividades se encuentran:

  • Las Fallas: Celebradas en marzo, son unas festividades muy populares que culminan con la "Cremà", en la que se queman grandes estructuras falleras.
  • La Semana Santa: Con procesiones y actos religiosos que atraen a numerosos fieles y visitantes.
  • La Feria y Fiestas de San Miguel: En septiembre, con una variedad de actividades lúdicas, comerciales y religiosas en honor al patrón de la ciudad.
  • Los Moros y Cristianos: Otra festividad que rememora la Reconquista, con desfiles y representaciones históricas.

Gastronomía

La gastronomía de Llíria es un reflejo de su rica historia y de la diversidad cultural que ha experimentado a lo largo de los siglos. Algunos de los platos más tradicionales incluyen:

  • Paella Valenciana: El plato más emblemático, elaborado con arroz, pollo y conejo, y verduras locales.
  • All i pebre: Un guiso de anguila con patatas y una rica salsa de ajo y pimentón.
  • Fideuà: Un plato similar a la paella, pero elaborado con fideos en lugar de arroz y con mariscos.
  • Horchata y fartons: La tradicional bebida de chufa servida fría y acompañada de unos dulces alargados llamados fartons.

Llíria hoy en día

En la actualidad, Llíria es una ciudad que combina su rica historia con un dinámico presente. Con una población creciente y una infraestructura moderna, Llíria sigue siendo un lugar de importancia tanto a nivel regional como nacional. Las autoridades locales y la comunidad trabajan esforzadamente para preservar el patrimonio histórico y cultural de la ciudad, al mismo tiempo que se promueve el desarrollo económico y social.