La ola de pisos turísticos ilegales está "desbordada" en la capital, con únicamente 277 con licencia de actividad sobre unos 25.000 anunciados, una situación que provoca la multiplicación de los conflictos entre los visitantes y la vecindad, que se ve expulsada de sus barrios por la imposibilidad de pagar los alquileres y que genera además inseguridad, ruido y suciedad, escalando hasta llegar a las agresiones porque "la gente está muy cabreada".
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