València fue pionera en Europa en abastecerse de agua limpia y segura a mitad del siglo XIX, al mismo tiempo que empezaban a hacerlo ciudades tan importantes como París, gracias a la apertura en Manises de la planta potabilizadora La Presa, la única de Europa que lleva en funcionamiento desde aquella época, con más de 150 años de historia y que suministra agua las 24 horas del día y los siete días a la semana a todo el área metropolitana.
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